28.07.15 - Unos minutos a solas con música jazz de Norah Jones o Ornette
Coleman. O quizás, usted sea más de piezas clásicas de Bach o
Stravinsky. Puede que su elección sea más rockera y escoja como acompañante a Coldplay o Slayer. Su preferencia habla mucho de usted y desvela más lo que podría imaginar sobre su forma de pensar.
Perfil empático, si le gusta centrarse y responder a las emociones de otras personas, o sistemático,
si opta por analizar las normas y los patrones en el mundo. Según un
equipo de psicólogos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) su
estilo de pensamiento es un predictor de la clase de música que le
gusta. Así lo afirman en un estudio que acaba de publicar la revista PLOS ONE.
La música está presente "cada día de nuestra vida, en cualquier lugar
donde estemos", argumentan los investigadores. Es fácil distinguir "qué
canciones nos gustan y cuáles no, sólo en cuestión de segundos". Sin
embargo, poco se sabe sobre lo que determina el gusto individual.
En los últimos 10 años, varios grupos de investigadores han tratado
de estudiar las preferencias musicales y asociarlas con características
de la persona, como la edad y su personalidad. Por ejemplo, se ha visto
que la gente que está abierta a nuevas experiencias tiende a dar al play al jazz, blues, géneros clásicos y folclóricos. También se sabe que las personas extrovertidas y sociables optan por el pop, bandas sonoras, música religiosa, electrónica, soul, funk y de baile.
Ahora, el consorcio de psicólogos de Cambridge, dirigidos por David
Greenberg, ha evaluado hasta qué punto "nuestro estilo cognitivo influye
en nuestras elecciones musicales". Para ello, han tomado medidas para
comprobar si una persona es más empática (la capacidad de reconoer y
reaccionar a los pensamientos y sentimientos de los demás), sistemática
(el interés en la comprensión de las reglas y los sistemas que sustentan
el mundo) o si mantiene un equilibrio entre ambos perfiles. Lo han
hecho con más de 4.000 participantes que fueron reclutados a través de
una aplicación de Faceboook sobre su personalidad y fueron sometidos a
múltiples estudios.
Primero, se les pidió que completaran una serie de cuestionarios de
psicología. Después, se les facilitó un listado de 50 piezas musicales
que tenían que puntuar en función de sus gustos. La selección incluía 26
géneros y subgéneros diferentes.
Aunque los gustos en la música fluctúan con el tiempo, reconoce Greenberg, "hemos descubierto que los niveles de empatía de un individuo predicen qué clase de música les gusta". Quizás, este aspecto influye más que su propia personalidad, agrega.
Según el artículo, las personas que obtuvieron una puntuación alta en la empatía tienden a preferir música melódica
(como rock suave), géneros country, folk, cantautores, electrónica,
latina, pop europeo... Sin embargo, no optan por la música intensa, como
punk y heavy metal. Entre sus canciones: Hallelujah (de Jeff Buckley),
Come away with me (Norah Jones), All of me (Billie Holliday), Crazy
little thing called love (Queen).
En contraste, personas cuyas puntuaciones eran elevadas en la escala
sistemática preferían los estilos intensos y descartaban los suaves. Sus
preferencias incluían, por ejemplo: Concerto in C (Antonio Vivaldi),
Etude Opus 65 nº 3 (Alexander Scriabin), God save the queen (The Sex
Pistols) y Enter the Sandman (Metallica).
Analizando más a fondo las personalidades, los investigadores observaron que al grupo de los empáticos les
atraía la música que les transmitía emociones y tonos suaves,
reflexivos, sensuales, cálidos... E incluso elementos negativos como la
tristeza. Aquellas piezas poéticas, relajantes y profundas.
A los sistemáticos, les enamoran otros aspectos relacionados
con la alta energía, fuerte, con detalles emocionantes, que evoquen
emociones positivas, con alto grado de complejidad.
David Greenberg, además de psicólogo, es saxofonista de jazz y
asegura que esta investigación podría tener implicaciones para la
industria de la música. "Se invierte mucho en algoritmos para elegir qué
música es posible que desee escuchar, por ejemplo, en Spotify y Apple
Music. Conocer el estilo de pensamiento individual podría ayudar en el
futuro a afinar las recomendaciones que estas aplicaciones hacen a cada
persona".
Para Jason Rentfrow, uno de los autores de este estudio, "esta línea
de investigación pone de relieve cómo la música es un espejo del yo, es
una expresión de lo que somos desde el punto de vista emocional, social y
cognitivo".
Vía. ElMundo.es
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