
El hĆ”bito de decir malas palabras frente a un dolor intenso tiene su razĆ³n de ser, y esa es proveer un alivio efectivo. Los psicĆ³logos Richard Stephens y Claudia Umland de la Universidad de Keele, en Reino Unido, observaron en una investigaciĆ³n que esta ventaja de maldecir sĆ³lo funciona si no se exagera. Es decir, una persona que habla de manera indebida muchas veces por dĆa no recibirĆ” el alivio buscado cuando insulta frente al dolor.
"Decir palabrotas es una forma muy emotiva del lenguaje y nuestra investigaciĆ³n sugiere que usarla demasiado diluye este efecto emocional", explican los especialistas, que dieron a conocer sus conclusiones en la publicaciĆ³n mĆ©dica "The Journal of Pain".
Los expertos revelaron en la investigaciĆ³n que si los voluntarios de un estudio sobre dolor decĆan muchas malas palabras juntas aguantaban mĆ”s tiempo en agua helada que los que emitĆan solamente palabras neutrales. En esta nueva investigaciĆ³n, Stephens y Umland tuvieron en cuenta la influencia de los hĆ”bitos en la eficacia de este mĆ©todo para aliviar el dolor.
Los especialistas consideran que este efecto ocurre porque maldecir genera una respuesta emocional de ira o agresiĆ³n que, a su vez, produce un efecto analgĆ©sico natural gracias a la liberaciĆ³n de adrenalina. Sin embargo, las personas que dicen malas palabras todo el tiempo se habitĆŗan a este lenguaje y, por lo tanto, la respuesta emocional se vuelve mĆ”s dĆ©bil con el tiempo.
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