14.01.19 - Ocupando sus asientos frente a mĆ en una sala de reuniones en su sede aireada de ladrillos rojos en el barrio Dogpatch de San Francisco en una maƱana fresca de agosto, Adam Bowen y James Monsees, cofundadores de la compaƱĆa de cigarrillos electrĆ³nicos Juul, dejaron sus celulares y vaporizadores en la mesa y comenzaron a narrar la historia de sus orĆgenes en Silicon Valley.
La historia comienza hace mĆ”s de una dĆ©cada: antes de los juicios y las investigaciones de la FDA; antes de las acusaciones de que su compaƱĆa habĆa desatado una epidemia de uso de vaporizadores por adolescentes en el paĆs; antes de que reguladores, legisladores, docentes, padres e incluso algunos usuarios devotos comenzaron a ver a Juul -con su diseƱo de bolsillo y sus cĆ”psulas de nicotina con gustos juguetones- como una reencarnaciĆ³n de alta tecnologĆa y altamente adictiva de Philip Morris. Bowen y Monsees eran simplemente dos estudiantes graduados que se conocieron en el programa de diseƱo de productos en Stanford en 2002 y se hicieron amigos en sesiones de trabajo, unidos por una idea que podĆa salvar millones de vidas y conmocionar una de las industrias mĆ”s poderosas del mundo.
"Vean, fumar no ha evolucionado en 100 aƱos", dice Bowen, recordando el argumento de sus asesores de tesis. "EstĆ” matando a millones de personas. Somos fumadores. Estamos en riesgo de correr el mismo destino y queremos trabajar en esto: ¿cĆ³mo se crea un nuevo ritual para reemplazar el antiguo?".
Los primeros modelos de cigarrillos electrĆ³nicos, como el Premier de R.J. Reynolds, que se lanzĆ³ en 1988, no lograron ganar a grandes cantidades de fumadores porque sus niveles de nicotina eran demasiado bajos y basados en tecnologĆa poco desarrollada y baterĆas dĆ©biles. AdemĆ”s a menudo replicaban la iconografĆa de cigarrillos -tubo redondo, punta encendida- pero su sabor y olor no era tan bueno. "(Las grandes compaƱĆas de tabaco) habĆan estado tratando de crear un cigarrillo seguro y eso no es lo que nadie querĆa", dice Monsees. Con Bowen advirtieron que la "gente querĆa dejar atrĆ”s los cigarrillos". Un video de la presentaciĆ³n de tesis de la pareja en 2005 en Stanford muestra a Bowen dando a conocer su prototipo, llamado Ploom, a profesores y compaƱeros de estudios. Por medio de diseƱo elevado, explica, debiera ser posible "reconvertir al tabaco en un bien de lujo y no tanto un dispositivo de entrega de droga que es en lo que se han convertido los cigarrillos". La presentaciĆ³n incluye el apoyo filmado de usuarios beta, todos fumadores de cigarrillos.
Luego de graduarse Bowen y Monsees comenzaron a convertir su visiĆ³n en un negocio, lanzando Ploom y luego Pax, un vaporizador para hoja de tabaco y marihuana. Ambos productos reflejaron su visiĆ³n de que habĆa que, no erradicar, sino reinventar el fumar para una generaciĆ³n preocupada por el bienestar fĆsico. Luego, en 2015, una dĆ©cada despuĆ©s de egresar de Stanford se concentraron en una forma de nicotina lĆquida llamada sales de nicotina y presentaron un cigarrillo electrĆ³nico rectangular elegante, con un nombre acorde a sus aspiraciones originales de lujo: Juul.
Juul ha logrado crear el nuevo ritual cautivador que Bowen y Monsees imaginaron. El aƱo pasado, la compaƱĆa madre, Juul Labs, vendiĆ³ 16,2 millones vaporizadores, por un total de US$245 millones de sus dispositivos de 35 dĆ³lares y de sus cĆ”psulas de 16 dĆ³lares.
Review del cigarrillo electrĆ³nico Juul en espaƱol
En 2018 las ventas van a superar fĆ”cilmente los US$1000 millones. Hoy Juul controla mĆ”s del 70% del mercado de cigarrillos electrĆ³nicos de EE.UU. Una ronda de financiaciĆ³n que generĆ³ US$1250 millones para un fondo de crecimiento valuĆ³ la compaƱĆa en mĆ”s de US$16.000 millones.
Bowen y Monsees, que hoy actĆŗan como jefe de tecnologĆa y jefe de producto de Juul, respectivamente, ahora son multimillonarios que ayudan a supervisar 1000 empleados, un robusto laboratorio de I&D, y uno de los productos de consumo masivo de mĆ”s rĆ”pido crecimiento en la historia.
TambiĆ©n estĆ”n en el centro de una tormenta de nubes de vaporizador. En los Ćŗltimos nueve meses Juul ha sido golpeada por varias demandas, incluyendo un juicio colectivo de alcance nacional, que denuncia que la compaƱĆa engaƱosamente comercializĆ³ sus cigarrillos electrĆ³nicos como seguros y apuntaron a menores con campaƱas de avisos especialmente ambientados. Mientras tanto la FDA, lanzĆ³ una investigaciĆ³n formal de las prĆ”cticas de marketing de la compaƱĆa en la primavera boreal pasada y la semana pasada anunciĆ³ planes de restringir la venta de cĆ”psulas saborizadas de cigarrillos electrĆ³nicos en un esfuerzo por atender a su uso masivo por adolescentes.
Al proponerse ofrecer a los miles de millones de fumadores del mundo una alternativa a cigarrillos combustibles, Bowen y Monsees ahora se han convertido en antihƩroes en un giro cada vez mƔs familiar de la clƔsica fƔbula de Silicon Valley, que involucra un diseƱo novedoso de productos, un crecimiento viral de consumo e ingenuidad generalizada (quizƔs intencional).
Monsees sin embargo marca un contraste entre Juul y gigantes tecnolĆ³gicos como Facebook o Google, que abrieron lo que llama una "caja de Pandora" al buscar nuevas oportunidades en territorio inexplorado. Fumar es una crisis real, "la principal causa de muertes evitables en el mundo", dice. "Tenemos una oportunidad muy clara de lograr potencialmente el mayor impacto sobre la salud pĆŗblica de cualquier producto de consumo masivo. La misiĆ³n no podrĆa ser mĆ”s clara".
Por suerte para Juul, la FDA aĆŗn no siguiĆ³ el camino de paĆses como Israel que ha prohibido los lĆquidos con altas concentraciones de nicotina. AllĆ, asĆ como en el Reino Unido , Juul solo vende cĆ”psulas de nicotina con una concentraciĆ³n del 1,7%, en vez de las cĆ”psulas con el 5% que van con su kit de inicio en EE.UU. La compaƱĆa considera que restringir la nicotina de este modo serĆa un error.
Matthew Pedecine, de 27 aƱos, estĆ” entre los demandantes de una queja colectiva contra la compaƱĆa presentada en agosto, en la que sostiene que engaĆ±Ć³ a los usuarios respecto de lo adictivo de sus productos. Hace dos aƱos, dice Pedecine, fumaba aproximadamente cuatro a cinco cigarrillos por dĆa. Vio a alguien usando Juul en un concierto en Nueva York y lo probĆ³. "Aunque logrĆ© dejar de fumar cigarrillo, mi consumo diario de nicotina se ha casi cuadruplicado" dice. "SabĆa que Juul tenĆa nicotina, pero no advertĆ el nivel de nicotina que iba a tener".
Los cofundadores sostienen que este es un problema del que Juul puede salir innovando. "Juul es un producto inteligente que tiene un microprocesador, software incorporado ( firmware), sensores y toda esta tecnologĆa avanzada", dice Bowen. ¿Por quĆ© no aprovechar todos esos recursos para dar mayor control a los usuarios? Monsees imagina un dispositivo que permita a la gente visualizar y seguir su uso y ajustarlo en mĆ”s o menos como quiera. El aƱo que viene la compaƱĆa piensa lanzar una versiĆ³n de Juul con conexiĆ³n Bluetooth que se conecte a una app de Juul, sentando las bases para esas capacidades. "Al incorporar mĆ”s de estas tecnologĆas, lo que vemos es un potencial para eliminar todo consumo de menores de edad a nivel del producto", dice Monsees. Dicho de otro modo, Juul tiene el conocimiento de la tecnologĆa y un plan, basta darle tiempo a la compaƱĆa para aplicarlo. "No solo tenemos buenas intenciones, tenemos un incentivo alineado con ellas. Es algo con lo que queremos terminar".
Visto en LaNacion.com
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