#RADIO | Un proyecto que da alas a jóvenes de una comunidad rural


29.11.17 - Argentina.- "Hola, hola... muy buenos días a todos los oyentes de FM 88.3", dice sonriendo frente al micrófono Sara de Oliveira para dar comienzo al programa de radio que lleva adelante junto a sus compañeros del Bachillerato Orientado Provincial Nº 56, en el paraje rural Siete Estrellas, en el nordeste de Misiones. Con apenas 18 años, su simpatía y soltura hacen imposible imaginar lo que esta joven confiesa fuera del aire: "Antes me costaba mucho hablar, era muy tímida y negativa. Ahora siento que soy otra persona".

La chica callada y retraída que en algún momento fue quedó atrás. Sara ya no tiene miedo de decir lo que piensa. Esta transformación que ella y muchos otros chicos también experimentan tiene una razón de ser: el proyecto de radio escolar impulsado por los docentes y directivos de su escuela.

"La radio me ayudó en muchos aspectos. El profesor siempre nos insistía en que pusiéramos garra y no bajásemos los brazos. Gracias a él estamos siempre contentos y con ganas de hablar", explica esta adolescente mientras se acomoda el guardapolvo blanco.

El Desafío del "Portuñol" // La idea surgió de la mano del director del colegio para intentar resolver las dificultades vinculadas a la lectoescritura que presentaban los estudiantes, en su mayoría provenientes de familias muy humildes dedicadas al cultivo y a la producción de animales. 

Al encontrarse a tan sólo 11 kilómetros de la frontera con Brasil, en una zona donde el "portuñol" es moneda corriente, los docentes advirtieron la necesidad de mejorar la expresión oral y escrita. Así nació el proyecto de radio Todas las Voces, una de las iniciativas ganadoras del Premio Comunidad a la Educación 2017, organizado por Fundación La Nacion junto a Banco Galicia y Fundación Osde-y con el apoyo de Latam Argentina, Cimientos, Educar 2050, Telefé y la Universidad de San Andrés. 

Empezaron de cero. Consiguieron los equipos prestados de la escuela vecina: un viejo transmisor, una antigua consola y una antena.


Con ese mismo espíritu organizaron bingos y rifas para recaudar fondos y se movilizaron para aprender sobre locución, spots radiales y cuestiones técnicas. Finalmente, con la ayuda de varios padres, construyeron una pequeña sala de madera, anexa a la escuela, donde instalaron el estudio de radio Siete Estrellas, que actualmente emite diferentes programas semanales conducidos por los alumnos. 

En estas cuatro paredes los jóvenes ponen en juego lo que aprenden en el aula y su creatividad: informan a la comunidad sobre temas de actualidad, narran historias y leyendas, recitan poemas, comparten las actividades de la escuela, reflexionan sobre fechas patrias, dialogan con la audiencia y hasta cantan en vivo junto al profesor de guitarra. También se encargan de todos los aspectos técnicos y producen spots de concientización sobre temas de su interés, entre ellos, mensajes para prevenir la violencia de género y fomentar valores positivos. 

Con el tiempo, la radio se convirtió en una poderosa herramienta, no sólo para mejorar la lectoescritura, sino también para generar un espacio donde los chicos pierden el miedo a hablar en público, aprenden a trabajar en equipo, fortalecen sus raíces y se sienten valiosos para su comunidad

"Me moviliza ver cómo los chicos se transforman. Muchas veces pensamos en todas las dificultades que tenemos a diario -como problemas de infraestructura-, pero venimos a los talleres y nos vamos felices, porque las cosas que se logran son fantásticas", asegura Horacio Fariña, uno de los profesores a cargo del taller de radio. 

Los 30 alumnos que participan del programa radial lo hacen de forma totalmente voluntaria, la mayoría de las veces en horario extraescolar. Como Juan Alberto Barboza -más conocido como Juancho-, encargado de la operación técnica. "Hacer el programa me emociona. La radio es mi corazón, mi vida, mi segunda casa, donde me puedo encontrar con mis otros hermanos, compartir un mate, un tereré, charlar, divertirnos", confiesa. 

A su vez, destaca la incondicionalidad de los profesores. "Cuando los necesitamos siempre están. Ellos nos apoyan y tratan de que nosotros salgamos adelante. Estoy agradecido por todo lo que hacen y por la confianza que tuvieron en mí". 

El cariño que los chicos sienten por sus profesores es recíproco. "Tengo la suerte de ser docente en este lugar del mundo, algo que me llena el alma. Para mí educar es emoción, satisfacción, entrega. Estoy seguro de que la educación debe pasar por ahí. Los docentes que trabajamos con jóvenes y niños, tenemos que involucrarnos en la realidad de los chicos, con lo que les pasa, porque ellos lo necesitan. Si el aprendizaje no tiene emoción, entonces significa acumular conocimiento, pero si uno pone pasión y eso se lo trasmitís a los chicos, ellos te devuelven eso con mucha energía", concluye Fariña. 

Un sueño por delante // A Juan Alberto Barboza le encantaría seguir alguna carrera terciaria o universitaria vinculada a la radio, en la ciudad de Posadas (a 300 kilómetros de su hogar). Pero poder estudiar lejos de casa implica muchos gastos económicos que son difíciles de afrontar para quienes viven en esta zona rural. Sus compañeros atraviesan la misma situación. "Es una lástima saber que muchos se quedan trabajando en el campo por su situación económica", expresa el docente Horacio Fariña. 

Más información: Horacio Fariña (docente) horaciofarina18@gmail.com Premio Comunidad a la Educación premio.fundacionlanacion.org.ar 

Visto en LaNacion.com.ar

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