09.09.13 - Argentina.- Puede resultar curioso, pero aunque nadie dudarĆa en
seƱalar al consumo de agua como mƔs accesible y beneficioso para la
salud, la mayorĆa de nosotros elige las gaseosas, los jugos y otras
infusiones dulces a la hora de beber, invirtiendo asà la distribución de
la ingesta de lĆquidos recomendada por los especialistas. "Las calorĆas
que se consumen en nuestro paĆs a travĆ©s de los lĆquidos equivalen a
entre 14 y 18 sobrecitos de azĆŗcar. Es decir, a mĆ”s de 430 calorĆas. La
cifra excede ampliamente las recomendaciones de la Organización Mundial
de la Salud", apunta el Dr. Esteban Carmuega, nutricionista infantil.
Seguramente muchos recordarƔn las clases de
Ciencias Naturales, BiologĆa o Higiene, en las que mediante dibujos,
tablas y esquemas aprendimos que el cuerpo estĆ” compuesto por un ¡60 por
ciento! de agua (de hecho, de los 3,6 kilogramos que pesa en promedio
un reciĆ©n nacido, cerca de 2,7 kilogramos son agua). El preciado lĆquido
conforma el 75 por ciento del cerebro, el 83 por ciento de la sangre,
el 80 por ciento de los mĆŗsculos y hasta el 22 por ciento de los huesos.
Y si falta, los problemas no tardan en aparecer. Por ejemplo, en los
riƱones: porque cuando la ingesta de agua es baja, pueden empezar a
funcionar mal. La razón es simple: esos órganos requieren un adecuado
flujo para filtrar los tóxicos de la sangre y eliminarlos a través de la
orina. Beber poca agua "puede producir cƔlculos renales y deteriorar el
funcionamiento de los riƱones", confirma la Dra. Cristina VallvƩ,
mĆ©dica nefróloga y presidenta de la Sociedad Argentina de NefrologĆa.
El agua es esencial para la vida, aseguran los
expertos. Pero ¿por quĆ©? AdemĆ”s de su función desintoxicante, transporta
los nutrientes, las vitaminas y otras sustancias del organismo como
hormonas, enzimas, plaquetas y cĆ©lulas sanguĆneas; tambiĆ©n genera
fluidos lubricantes que protegen las articulaciones, el tracto
digestivo, el aparato genitourinario y las vĆsceras; absorbe el calor,
lo libera en forma de transpiración y de esa manera regula la
temperatura corporal. El agua es, entonces, un componente imprescindible
para la salud. Frente a este panorama, surge con ansiedad la pregunta:
¿cómo saber si el volumen de lĆquidos que ingerimos es el adecuado?
"Basta con observar el color de la orina. Si es amarillo claro, el nivel
es saludable. Si, en cambio, la orina es de olor fuerte y de color
oscuro, es probable que exista cierto grado de deshidratación".
Cuestión de habitos
Uno de los principales obstƔculos para mejorar la
ingesta de lĆquidos en nuestro paĆs se relaciona con nuestro
comportamiento; es que para la mayorĆa no existe el hĆ”bito cotidiano de
beber agua pura. "El mayor dƩficit se observa entre los niƱos y los
jóvenes", observa la Dra. Rosa Labanca, médica nutricionista. Y el dato
no es menor, ya que según varios estudios realizados en niños de 2 años y
a los que se les ha dado un seguimiento de 3 aƱos, aquellos que
mantenĆan un consumo regular de bebidas azucaradas entre comidas
desarrollaban, en promedio, sobrepeso hasta 2,4 veces mƔs que los chicos
que no lo hacĆan.
Beber mÔs agua a diario puede modificar el patrón
de consumo acercƔndolo a las recomendaciones internacionales. Claro que
es preciso empezar cuanto antes. Y por el principio: es decir, en la
infancia. Somos los padres los que marcamos los patrones de selección de
alimentos de nuestros hijos desde la mÔs tierna edad. Es tan asà que
existen investigaciones cientĆficas que afirman que las madres influimos
sobre los hÔbitos de nuestros hijos hasta los 8 años. Por eso, y aún
con el riesgo de ser redundante, vale la pena remarcar una vez mƔs que
si un chico aprende a tomar agua en lugar de bebidas azucaradas o
gaseosas, ademƔs de saciar su sed, estarƔ ganando en salud. El ejemplo
debemos brindarlo los "grandes", en la mesa, en casa, todos los dĆas.
Nada, poquito, mucho
Las GuĆas Alimentarias para la Población Argentina
(aƱo 2000) incluyen 10 consejos bƔsicos. El noveno es "tomar abundante
cantidad de agua potable durante todo el dĆa". SebastiĆ”n Laspiur,
director del Ministerio de Salud de la Nación, señala que "se menciona
genéricamente la recomendación de consumir dos litros, pero en la
próxima revisión de las guĆas, convocada por el Ministerio,
desarrollaremos recomendaciones especĆficas para un mayor consumo
saludable de bebidas". Hay formas sencillas de lograrlo: "Una manera de
iniciar el camino hacia el cambio es elegir un dĆa y llevar la cuenta de
lo que se bebe, para constatar si es preciso hidratarse mƔs y mejor",
propone el Dr. CƩsar CasƔvola, presidente de la Sociedad Argentina de
Nutrición.
Una prueba desarrollada en Francia demostró que la
transformación es posible. Y en un perĆodo bastante corto: cinco
semanas. El test consistió en entregarles agua mineral, durante 15 dĆas,
a personas que consumĆan poco lĆquido. Pasadas las dos semanas la
entrega se discontinuó, a fin de detectar si el hĆ”bito se habĆa
modificado. ¿Conclusión? El volumen total de lĆquido ingerido se
incrementó. "En las dos últimas semanas, a pesar de que ya no eran
suministradas botellas de agua mineral, la ingesta de agua fue superior
al inicio, con una diferencia en el consumo de aproximadamente 743
ml/dĆa de agua", comenta la licenciada Romina Sayar. Como en todos los
aspectos de la vida, sólo es cuestión de animarse a dar el primer paso.
El Ʃxito estƔ asegurado.
Tips a tener en cuenta
- Beber agua en familia, para dar el ejemplo a los mƔs pequeƱos
- Llevar la cuenta de quĆ© y cuĆ”nto se bebe en un dĆa
- Intentar afianzar el hƔbito aumentando la ingesta durante dos semanas
- Prestar atención al color de la orina
- Incluir siempre en la mesa una jarra con agua
- Beber agua antes, durante y despuĆ©s de la actividad fĆsica
- Colocar una botella o cantimplora con agua en la mochila de los chicos




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