Fumando Bacterias

21.01.10 - EspaƱa.- La ley Antitabaco entrĆ³ en vigencia el 01 de enero de 2006 y desde entonces, a sumado voces a favor y muchas en su contra.

Algunos de los argumentos es que determinadas disposiciones han impedido, gozar de un ambiente libre de malos humos en todavƭa demasiados lugares; en particular en pequeƱos locales de hostelerƭa donde, ademƔs de los clientes, sus trabajadores estƔn continuamente expuestos a humo del tabaco de segunda mano.

Es por esto que se espera, es inminente, una modificaciĆ³n a esta ley en EspaƱa. Jorge Laborda, CatedrĆ”tico de BioquĆ­mica y BiologĆ­a Molecular en la Universidad de Castilla-La Mancha, expresa de manera clara, precisa y apoyado en estudios realizados, dos aspectos fundamentales por los cuales es necesaria la modificaciĆ³n de esta ley.

Fuente: ElPais.com

Asesino humeante

Los estudios realizados acerca de los efectos del tabaco sobre la salud se han centrado, sobre todo, en las sustancias quĆ­micas contenidas en el humo. Resulta sorprendente que de Ć©l se hayan aislado mĆ”s de 3,000 sustancias diferentes, muchas de ellas con efectos muy perjudiciales para la vida de las cĆ©lulas y para su integridad genĆ©tica. PrĆ”cticamente, cada calada que damos a un cigarrillo daƱa al ADN de alguna de nuestras cĆ©lulas pulmonares, que puede entonces convertirse en tumoral. De no poseer las cĆ©lulas la capacidad de reparar su ADN daƱado, como sucede normalmente hasta que el tabaco acaba por daƱar al propio mecanismo de reparaciĆ³n, el tabaco nos matarĆ­a de cĆ”ncer mucho antes.

La originalidad del nuevo estudio al que me referƭa arriba, publicado por investigadores de la universidad de Maryland, EE. UU., en la revista Environmental Health Perspectives (Perspectivas de Salud Medioambiental), reside en que su enfoque no se centra sobre los efectos de una u otra sustancia quƭmica, sino sobre las bacterias contenidas en el tabaco. Los autores demuestran que dichas bacterias pueden ser inhaladas vivas junto con el humo y alojarse en los pulmones. Aunque no es el primer estudio que se realiza sobre este tema, sƭ es el primero en utilizar potentes tƩcnicas de biologƭa molecular que permiten detectar miles de especies bacterianas a la vez.

Los cientĆ­ficos estudiaron las bacterias contenidas en cigarrillos de cuatro marcas comerciales y los encontraron poblados por mĆ”s de 700 especies diferentes de bacterias, muchas de las cuales son conocidos agentes causantes de enfermedad. Antes de que el calor pueda acabar con ellas, la aspiraciĆ³n del humo arrastra con Ć©l a las bacterias contenidas en la parte del cigarrillo aĆŗn no quemada y permite que alcancen los pulmones de los 1.200 millones de incautos fumadores que pueblan el planeta.

FermentaciĆ³n tabĆ”quica

¿De dĆ³nde provienen estas bacterias? Normalmente, la superficie de las anchas hojas del tabaco ya contiene bacterias, aunque en menor cantidad que el tabaco elaborado. Durante el proceso de elaboraciĆ³n de cigarrillos, las hojas del tabaco fermentan en condiciones que permiten un denso crecimiento bacteriano, lo cual incrementa dramĆ”ticamente su contenido en bacterias. Se estima que cada cigarrillo puede contener cerca de un millĆ³n o mĆ”s de bacterias.

Estos hallazgos arrojan una nueva luz sobre algunos efectos del tabaco todavĆ­a por esclarecer. Es conocido que muchos microorganismos son capaces de producir infecciones agudas, pero son tambiĆ©n agentes que contribuyen al desarrollo de enfermedades inflamatorias crĆ³nicas, e incluso pueden contribuir al desarrollo de algunos tipos de cĆ”nceres. Sin embargo, estos estudios no demuestran todavĆ­a que las bacterias contenidas en el tabaco sean un factor que contribuya al desarrollo de enfermedades asociadas con su consumo, y son necesarios estudios adicionales encaminados a confirmar o refutar esta posibilidad.

Sea como fuere, podemos pensar ahora en la producciĆ³n de un tabaco menos insano que, aunque siga conteniendo mĆ”s de 3.000 sustancias quĆ­micas, muchas de ellas perjudiciales, al menos se encuentre libre de bacterias patĆ³genas. Sin duda, no serĆ” la soluciĆ³n a los problemas de salud causados por el consumo de cigarrillos y no cambiarĆ” el hecho de que los ambientes contaminados con humo de tabaco seguirĆ”n siendo perjudiciales para la salud de todos. Los no fumadores tienen derecho a un ambiente libre de humos, aunque sean humos limpios de bacterias, y este derecho debe ser protegido.

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