20.06.16 - Es un delito tan terrible que nadie admite haberlo cometido. No obstante, todos conocemos a algún culpable.
Aunque suene como una queja de alguien atado a viejas costumbres, la verdad es que a la mayoría de nosotros en algún momento nos ha molestado que alguien hable por teléfono al lado nuestro. Y, para ser justos, casi sin darnos cuenta, la mayoría de nosotros lo hacemos.
¿Por qué será que solemos hablar alto al teléfono? ¿Habrá una explicación perfectamente científica que resuelva este enigma?
Para encontrar la respuesta vamos a tener que internarnos en los mecanismos de la telefonía.
Repasemos el Principio
En realidad, la respuesta no es tan sencilla, y en la parte complicada encontraremos parte de lo que buscamos.
Resulta
que el ingeniero estadounidense Elisha Gray presentó una solicitud para
la misma patente del teléfono, en la misma oficina, el mismo día...
unas horas antes.
Para desgracia de Gray, sus documentos se
quedaron en el fondo de la pila de solicitudes, mientras que la de Alexander Graham Bell
fue por vía rápida y recibió el preciado sello de aprobación.
Un error administrativo trivial que hizo que fuera Bell quien pasara a la historia.
El afortunado llevó su invento al gigante de comunicaciones de la época: Western Union, para hacer un trato.
"Le
dijeron: 'Mmm... no sé... me parece un poco caro", detalla
Greg Jenner, historiador y autor de "Un millón de años en un día: una
curiosa historia sobre la vida cotidiana".
"Lo que pasaba era que el presidente de Western Union odiaba con pasión al suegro de Bell,
así que lo rechazaron y contrataron a (Thomas Alva) Edison, que era el
gran genio estadounidense, y a su némesis, Elisha Gray, y ambos empiezan
a trabajar juntos en un aparato que rivalizara con el de Bell".
Pero, a la hora de la verdad, ¿quién había hecho el mejor teléfono?
"Aparentemente el de Gray tenía una tecnología más avanzada. Sin
embargo la contribución crucial la hizo Edison, quien muy pronto diseñó
un micrófono muy sensible hecho de carbón y es tan efectivo que no tienes que gritar", enfatiza Jenner.
Y esa no era la única ventaja. Los primeros teléfonos tenían un pequeñísimo retorno, llamado tono lateral, que resultó ser muy útil, pues podías escuchar el volumen de tu voz.
Aún
hoy, todos los teléfonos fijos vienen con tono lateral, cuidadosamente
diseñado específicamente para evitar que vociferemos en la oficina o en
la sala de la casa.
Entonces ¿El Problema son los celulares?
¿Será que no tienen tono lateral? "La mayoría de los móviles
tienen tono lateral", dice el tecnólogo acústico Nick
Zakarov desde Dinamarca... por teléfono y sin gritar.
"El problema es que no usamos los celulares en un lugar fijo, y a menudo tiene que competir con el ruido que te rodea".
Así que la razón para que gritemos al usar teléfonos móviles es que son móviles.
Se trata de un fenómeno conocido como el Efecto o Reflejo Lombard, descubierto en 1909 por el otorrinolaringólogo francés Étienne Lombard. Descubrió que tenemos una tendencia natural a aumentar el volumen de nuestra voz cuando estamos en un ambiente ruidoso. Y
modulamos nuestra voz en referencia al sonido más alto que estemos
escuchando, ya sea una motocicleta estruendosa o la persona que está a
nuestro lado.
Por eso, incluso cuando estás en un lugar silencioso, como tu medida es el sonido más fuerte, a la otra gente le suena como que estás gritando.
En
resumen: gritamos al hablar por celulares por una combinación del
Efecto Lombard y un tono lateral que no está equipado para lidiar con la
movilidad de los móviles.
O, en opinión de algunos, por maleducados.
Vía BBC.com
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