09.10.15 - El mutismo selectivo -mejor descrito
como una "fobia a hablar"- es un trastorno de ansiedad que afecta a
miles de niños. Pero los pocos adultos que también lo sufren permanecen
en el olvido. ¿Cómo lo viven?
"Podría hablar toda mi vida con mi
abuela, pero cuando sufrió un derrame cerebral estaba tan ansiosa que
dejé de ser capaz de hablar con ella". Sabrina Branwood, de
Rochdale, ha tenido mutismo selectivo desde la infancia - un trastorno
de ansiedad que le impide hablar en situaciones sociales y con ciertas
personas. La condición, incluso en la edad adulta, significa que
perdió la capacidad de hablar con uno de sus familiares más cercanos,
algo que lamenta mucho. Sabrina depende de su familia y de una aplicación en su tableta para comunicarse.
El
sistema británico de salud, NHS (National Health Service), define el
mutismo selectivo como algo que afecta a niños, pero Sabrina tiene ahora
35 años de edad.
"Cuando las personas me hacen preguntas, mi ansiedad hace que me sea difícil pensar", explica a través de su aplicación. "No estoy en silencio porque no quiera hablar. Me gustaría hablar libremente, pero es muy difícil y complicado. Sufrir
mutismo selectivo te hace sentir como si estuvieras viviendo tu vida en
una caja. Puedes ver y escuchar a través de la caja pero no la puedes
abandonar. Da igual lo que te esfuerces. Puedes gritar dentro de la caja pero nadie puede oírte. No pueden oírte llorar cuando estás herido o asustado", añade.
La comunicación puede ser especialmente difícil para Sabrina cuando
la gente se muestra impaciente y no comprende su situación viéndola con
frecuencia como una persona grosera o terca. Pero incluso hablar
con sus padres y hermanos puede llegar a ser difícil cuando está
preocupada o molesta. En algunas ocasiones, cuando se siente presionada
por extraños, sufre ataques de pánico. "Me he perdido mucho como tener muchos amigos y visitar un montón de lugares sin necesidad de que mi familia me llevara." Con el tiempo, le ha sido más difícil manejar su su mutismo selectivo. "Cuando
eres un niño tus padres pueden hacer mucho más para ayudar, y hablar en
tu nombre, pero de adulto se espera que hagas esas cosas por ti, pero
no puedo".
Alison Wintgens, asesora nacional de mutismo selectivo
en el Real Colegio de Terapeutas del Habla y del Idioma en el Reino
Unido, dice que la condición en adultos ha sido poco investigada y hay
una verdadera deficiencia de los servicios de ayuda ya que muchas veces
pasa desaparcibida.
Wintgens
explica que normalmente la condición deriva de la infancia: "Algo lo
activa, un evento bastante cotidiano, en general alrededor de la edad de
dos o tres años, y se convierte en un patrón aprendido y reenforzado". A
menudo, esto incluye la congelación en situaciones incómodas, como un
"conejo ante los faros de un coche". La evasión es otra táctica empleada
por personas con la condición.
"A pesar de que hoy en día está
condición está más reconocida todavía hay mucha ignorancia. El personal
escolar y los padres quieren lo mejor, pero sin darse cuenta pueden
empeorar la situación", añade Wintgens. Sabrina dice que no recibió ningún apoyo en la escuela.
Su madre Dianne dice que le costó darse cuenta de la condición ya que Sabrina se comunicaba plenamente con la familia.
"Ella
solía jugar con sus hermanos y hermanas y hablaba conmigo y con su
padre. Pensábamos que era muy tímida fuera del entorno familiar. Me hace sentir que fallé como madre... porque no detecté las señales. Pero yo nunca había oído hablar de la enfermedad".
Confusión
Según Wintgens, confundir mutismo selectivo con timidez es un error
común, pero psicológicamente la diferencia puede ser muy grande. La
experta explicó que a las personas tímidas les cuesta ponerse a hablar
pero que luego participan en conversaciones y situaciones. Pero
las personas con mutismo selectivo "tienen un patrón consistente y
predecible en la imposibilidad de hablar con las mismas personas y en
los mismos lugares". Si no se recibe tratamiento, según Carl Sutton, fundador del grupo de apoyo iSpeak ", puede provocar otros trastornos de ansiedad como la agorafobia.
Sabrina estuvo recibiendo tratamiento de un psicólogo durante tres
años, hasta 2011. Pero después de que su caso fue reevaluado fue dada de
alta y no ha vuelto a ser referida a ningún especialista.
Desde entonces, el único cuidado que el sistema de salud le ha ofrecido ha sido terapia a corto plazo.
Su
madre dice que la posibilidad de que Sabrina consiga trabajo es nula, a
pesar de que vive de manera independiente en su propia casa. "Ha realizado trabajo voluntario para la organización caritativa Mind pero ha sido difícil para ella conseguir esos puestos de trabajo. Una vez que los logra, disfruta mucho". Fue difícil, pero se acercó a la gente. Solía enviar muchos mensajes de texto y correos electrónicos a sus colegas."
Una
investigación de Sutton -que analizó a 83 personas que tienen, o han
tenido, mutismo selectivo en la edad adulta- sugiere que el "punto de
inflexión" promedio en el camino a la superación de la condición es a
los 22 años. Pero a pesar de que Sabrina está más allá de esta edad, aún mantiene la esperanza de recuperarse.
"Quiero
trabajar con otros enfermos", explica. Actualmente está estudiando para
obtener un título en psicología en la universidad a distancia.
Fuente: BBC.com
Fuente: BBC.com
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